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Mostrando entradas de febrero, 2016

Se le echó al cuello y lo cubrió de besos (comentario al Evangelio del Hijo Pródigo)

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En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: – «Ese acoge a los pecadores y come con ellos.» Jesús les dijo esta parábola: – «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.” El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.   Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y

Amantes: cuando el sexo espera

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Quemar etapas nunca es bueno. Todo tiene su tiempo, su momento. Hoy, en nuestra sociedad marcada por el consumo y las prisas, parece que los adolescentes y los jóvenes tienen que correr porque van a perder no sé qué tren... No, hay que saber decir no, y esperar. Y no es cuestión de ser un carca. Es cuestión de sensatez. Cada uno de nosotros tiene una dignidad, somos seres únicos e irrepetibles,  creados para amar y ser amados, plenamente. No somos objetos de usar y tirar. Lamentablemente, esto que digo muchas veces se aprende a fuerza de sufrimiento, de errores que después no tienen marcha atrás. Pero aún en ese caso, aún en el caso de haberse uno dado a la persona equivocada, con prisas y sin amor verdadero, aún en ese caso, se puede volver a comenzar. Se puede recuperar la dignidad perdida. La inocencia. La pureza. No estoy diciendo tonterías. El estar a gusto con uno mismo, y sentirse realmente querido es posible. Tengo cerca de mí a personas que lo están intentando, que lo están

Espíritu inmundo, sal de este hombre

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En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente: -«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes». Porque Jesús le estaba diciendo: -«Espíritu inmundo, sal de este hombre». Y le preguntó: -«¿Cómo te llamas?» El respondió: -«Me llamo Legión, porque somos muchos». Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la fald