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Mostrando entradas de agosto, 2009

Sergio sufrió un cáncer muy agresivo: "Me veía como Cristo, crucificado"

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Cuando el salmista clama “Dichoso el hombre a quien corrige el Señor” (Sal 93,12), Sergio lo certifica con su vida. Como educador inescrutable que usa de paciencia y de misericordia, Dios le ha atraído hacia sí con lazos de infinita bondad. Con 29 años le diagnosticaron una enfermedad tan agresiva como extrema, por la que estuvo a punto de perder la vida, pero quiso Dios que, contra todo pronóstico, el mal remitiera. Hoy por hoy se encuentra recuperado y, lo más sorprendente, agradecido porque esta dolorosa circunstancia le ha hecho renacer a la vida plena: su matrimonio, la paternidad, su profesión, la relación con el prójimo, todo se llena de contenido y Dios ocupa ahora el centro de sus deseos y voluntad. El sufrimiento y la debilidad le han hecho descubrir lo que conocía de oídas, el amor infinito de un Padre vivo y cercano. Testigos somos de otro encuentro cara a cara con el misterio de la Cruz: escándalo y necedad para el mundo, sabiduría para el cristiano. ¿Cuándo empezaste a

Tenía doce años

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Después de un tiempo largo en el "desierto", vislumbro la luz. Vuelvo a casa muy contenta, después de haber escuchado las siguientes palabras, de parte del Señor: "Levántate. No estás muerta, estás dormida", "La niña se levantó y empezó a andar, tenía doce años". Cualquiera que lea esto, pensará que estoy chalada, o que escribo de una forma incomprensible... pero es que detrás de estas palabras está la clave que me devuelve, otra vez, la alegría... y la convicción profunda de que Cristo está vivo, y de que sé de quién me he fiado. Durante un tiempo largo (me remonto a antes del verano... a varios meses atrás...) he estado, en el desierto, en la incredulidad. Me faltaba la esperanza, la alegría de Cristo en mi vida, la paz... me faltaba la fe. Satanás ataca cuando estás débil, y yo había abandonado mucho la oración, la intimidad con Dios... como ya he pasado otras veces por esta situación tremenda, de duda, de pecado, sé que es

En un pueblecito de 100 habitantes

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Estoy plantada frente al ordenador, y no me resisto a subir unas cuantas fotos... de nuestras vacaciones. Este año han sido un tanto diferentes. Han faltado los abuelos (mis padres)y los tíos solteros (mis hermanos). Les hemos echado de menos, sobre todo a la hora de las partiditas de dominó -que este año han brillado por su ausencia- y de los saraos (guitarrita en mano) a la luz de la luna. Ni que decir tiene que cada familia tiene sus "tradiciones", recuerdo que cuando nos reunimos hace escasamente dos meses para celebrar la comunión de una sobrina nuestra, la familia "política" nos deleitó con teatro. Cierto. El abuelo -en la sobremesa- empezó a declamar sainetes, cortes de obras clásicas, que, nos parecieron una delicia. Nosotros somos más de palmas y cante. Y montamos cada una que paqué... Este año han faltado dos cantaores, y eso se nota. Pero bueno, la novedad han sido unas sesiones de cine casero, fabulosas... resulta que la casa tenía un proyector de cine,

Book Land

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No lo he hecho nunca, pero hoy os voy a recomendar que os paséis por un blog que acaba de nacer, pero que con el tiempo, puede aportaros muchos momentos gratificantes. Se trata de un blog sobre literatura, y su primera entrada es "El hombre eterno", de Chesterton. http://bookland0.blogspot.com/2009/08/el-hombre-eterno.html  https://bookland0.blogspot.com/ Conozco bastante bien -creo- al autor de este blog (mi hijo), y os aseguro que merecerá la pena seguirle de cerca. Transcribo algún párrafo, para abriros el apetito: "Este libro trata del hombre y -contrariamente a la tendencia contemporánea-lo tiene en cuenta. ¿Quién no ha escuchado alguna vez que el hombre no es más que una unidad de producción, o que es el resultado del desarrollo de la secuencia genética que en él se esconde, o que es simple materia o tan sólo el producto de la combinación de diferentes corrientes ambientales? Es el propio Chesterton quien afirma algo que parece evidente