Microrrelato: Reconciliada

Imagen generada por IA. Cuando entré en aquella casa se me heló la sangre. Miraba a mi alrededor y cada cosa polvorienta y ajada me recordaba su presencia, la de aquella mujer fatigada y fatigosa que me enredó la vida. Sí, aquel museo era su viva imagen: La cama desecha, las flores marchitas, el agua podrida en el vaso sucio. Acababa de morir pero su impronta seguía allí. Demasiados recuerdos para tan parca herencia . Nunca agradeceré bastante el haber salido de allí. Aún hoy lucho por apartar esos pensamientos tortuosos que ella me infligía día sí y día también. ¡Levántate! ¡Salta! ¡Espígate! ¿No quieres triunfar? ¡Mueve ese cuerpo atrofiado que tienes! ¡Otra vez! ¡Escucha la música! ¡Vamos! Todavía hoy al levantarme y poner un pie en el suelo lo hago con delicadeza, casi al vuelo, como ella me enseñó a andar, casi deslizándome por las baldosas inmaculadas de mi casa. Plié… Relevé… Jeté… Rond de jambe. Plié… Relevé… Jeté… Rond de jambe. Machaconamente estos pasos pis...