Niñas de día, prostitutas de noche
Se
calcula que cada año un millón de menores, la mayoría niñas,
ingresa en el mercado mundial de la prostitución infantil.
Habla
Jorge Crisafulli, el director del Programa de atención a la
Prostitución Infantil en Freetown (Sierra Leona)
¿Cuándo
dejan de prostituirse?
“Tengo
que confesar que no son todas historias de éxito, también hay
historias de fracaso. No somos especialistas en este tema, los
salesianos nos hemos lanzado a la pileta porque ya teníamos una
larga experiencia trabajando con niños de la calle, obviamente las
razones para que las niñas acaben en la prostitución son múltiples,
pero en la raíz está la miseria en la que viven. Muchas veces estas
niñas ya han sufrido abusos sexuales en sus hogares, abuso físico,
abuso emocional, trabajo infantil… Muchas de ellas quieren ir a la
escuela, muchas de ellas quieren progresar, tienen sueños,
ambiciones, pero ¿cuándo llega el momento del cambio? ¿cuándo
dejan de prostituirse? Primero, cuando descubren que no todos los
hombres son malos, que entre tanta humanidad mala, hay algunos que
buscan realmente, con un amor de benevolencia, el bien de las niñas.
Ya se sienten de alguna forma “atraídas” cuando se dan cuenta de
que alguien no las trata de “perras”, no las insulta, sino que
las respeta y las quiere.
En
segundo lugar -y esto lo usamos como herramienta terapéutica-, hay
que descubrirles el sentido de todo el sufrimiento que han vivido:
Aminata, viendo el documental, lloraba recordando su dolor, pero ¿qué
es lo que la movió para dejar la calle y volver a su aldea donde hay
mucha pobreza, también? Había perdido ya durante la guerra a su
papá, además, un jefe rebelde quiso como esposa a su mamá y le
cortó un brazo porque ella no quiso ser la esposa del jefe rebelde.
La madre de Aminata llega a la aldea con un brazo cortado y muere
prácticamente desangrada. Pero en la aldea quedó la abuela. A
Aminata le dijimos, ¿hay algo en tu vida que pueda darle sentido a
todo lo que has sufrido? “Mi abuela”, contestó. “Antes de que
se muera yo quisiera abrazarla, ayudarla, y vivir en familia con
ella”. En el vídeo aparece cómo Aminata vuelve a la aldea y
abraza a su abuela. Siempre en la vida de cada chica hay un rayo de
luz, y tenemos que agarrarnos a ello para que encuentren un sentido a
tanto sufrimiento y tengan el deseo de comenzar de nuevo”.
Ellas
son obras maestras de Dios
Y continúa Jorge Crisafulli explicando cómo estas niñas poco a poco van recobrando su dignidad de personas: “El africano es religioso por naturaleza, cree en Dios, ve a Dios en todo, y ve espíritus en todas partes, el elemento espiritual es sumamente importante; decirles que Dios no las juzga, que Dios las ama, que Dios cuida de ellas, es música celestial para los oídos de estas niñas. Desde ese momento también empieza una sanación interior, ellas comentan: “¿Cómo? Yo pensé que Dios me juzgaba, que Dios me consideraba basura”.

“Este
es el comienzo de una recuperación que mira siempre al futuro con
esperanza. Siempre hay esperanza. No hay ninguna niña que esté
completamente corrompida, siempre en cualquier niño hay un elemento
de bondad, lo que ocurre es que nadie se ha acercado a decirles que
tienen un gran potencial para la bondad y que van a salir adelante”.
Ante
la pregunta de si se siente desilusionado o superado por tanto dolor
o sufrimiento y si esto le afecta a su fe, Jorge Crisafulli contesta:
“No, desde esta situación, desde las calles, yo siento que Dios me
llama a trabajar y luchar por la justicia. El Papa Francisco nos está
invitando ahora a dar un paso más allá, a no quedarnos encerrados
entre las cuatro paredes de nuestras iglesias, qué bueno es tener un
autobús que sale todas las noches, de 10 de la noche a 4 de la
mañana a buscar a estas niñas... A fin de cuentas, esta es la
Iglesia de Cristo, una Iglesia sensible ante el dolor de los más
vulnerables, y seguiremos mostrando este rostro de Iglesia, no con
palabras sino con el testimonio de nuestra vida. Seguiremos luchando
contra el sistema, contra políticos corruptos, contra mafias que
están detrás de la prostitución, no
nos interesa nuestra seguridad, no nos interesa nuestra vida; aunque
hayamos tenido amenazas de muerte a través del teléfono, mensajes
de texto o wasap, seguiremos adelante, sabemos que Jesús, nuestra
cabeza, fue perseguido por su actitud profética
y yo creo que lo que
estamos haciendo, también con este documental, es asumir una actitud
profética. Se habla en el documental de la policía, no lo dice DonBosco Fambul, lo dicen las niñas: que a veces la fuerza que tiene
que protegerlas, que ha de velar por que se cumpla la ley, es la
misma fuerza que las abusa, las persigue en la calle, les saca el
dinero, las lleva a la estación de policía y las viola. Hemos
asumido esta situación profética aunque sabemos que nos puede traer
consecuencias; aparecen también en el video los hombres blancos como
abusadores junto con los hombres negros, aparecen pueblos concretos
que están recolonizando Africa, y bueno, si hacen algo que está
mal, tenemos el deber de denunciarlo, aunque eso a veces puede llegar
a costarte la vida”.
“No
nos interesa nuestra seguridad, no nos interesa nuestra vida; aunque
hayamos tenido amenazas de muerte a través del teléfono, mensajes
de texto o wasap, seguiremos adelante, sabemos que Jesús, nuestra
cabeza, fue perseguido por su actitud profética” (Jorge
Crisafulli)
Mafias
y corrupción
Por
último, Jorge Crisafulli habla de la corrupción a la que se tienen
que enfrentar, y de proyectos de futuro que ya empiezan a
materializarse:
“Desafortunadamente tenemos
que estar en contacto con proxenetas, porque son nuestros
informantes. El daddy
que aparece en el video, es un proxeneta. Es un hombre casado, con
dos hijas, peluquero de profesión, pero en su chabola dispone un
lugar para las niñas, es el que recibe a las niñas, es el que tiene
información directa sobre nombres y edades de las niñas que vienen
de las zonas rurales a Freetown. Ese hombre, por ejemplo, también
abusaba de una niña, la tenía como su esposa, esa niña finalmente
se escapa de esa casa que él regenta, escapa de daddy.
"Tenemos
que estar en contacto con aquellos que son la imagen del mal, pero no
para pactar con ellos, sino justamente para luchar contra un sistema
que es corrupto"
Hay
mafias, también hay muchas mujeres, tías, que usan a las niñas
para enriquecerse, y a veces tenemos que entrar en contacto con
ellas. Es un trabajo que nos lleva a estar en contacto con poderes
económicos, mafias, y a veces poderes políticos y gente rica. Les
digo, los autos que paran a recoger a las niñas no son los autos de
los más pobres de Sierra Leona, son autos de gente rica, son autos
de poderosos, son autos de hombres blancos, incluso autos de
policías, que las recogen y se las llevan. Les cuento un caso: En
una ocasión vi que subían a dos niñas a un auto policial, yo les
seguí con el auto de Don Bosco, y de repente pararon y arrojaron a
las niñas del auto. Las recogí y las llevé al Centro de acogida.
"La
policía ya nos respeta, los hombres y los jóvenes también empiezan
a sentir un respeto, cierto miedo ante el nombre de Don Bosco Fambul,
porque saben que les llevamos a juicio y acaban en prisión"
Por
ejemplo, en una ocasión nos percatamos de que había habido un abuso
sexual de un grupo de jóvenes a una niña, prácticamente la habían
destrozado, la tuve que llevar al hospital y con la información que
la niña nos pasó, fuimos a la policía, se aprehendieron a los
violadores y hoy están cuatro de esos violadores en prisión. Ahora
nos los encontramos en el programa que tenemos los salesianos para
los presos en la cárcel.
Sobre
el futuro inmediato, comenta:
“Estamos comenzando un nuevo proyecto en las afueras de Freetown,
que va a consistir en 4 edificios residenciales. Estamos construyendo
en este momento el primer edificio residencial para las niñas que
viven en situación de prostitución, va a ser un Centro terapéutico
para ayuda a niños traumatizados, queremos enfocarnos en niños-niñas
que realmente tienen traumas muy profundos y darles la oportunidad de
recuperarse a través de tratamientos psicológicos”. Y termina:
“Quisiéramos hacer un gran
esfuerzo y llegar en 3 años a estas 900 niñas con las que estamos
en contacto, es casi un sueño, quisiéramos sacarlas de las calles,
y luego, ofrecerles un servicio profesional psicoterapéutico,
espiritual, moral, para ayudarlas en su recuperación como personas”. Victoria Luque.
El
reportaje completo aparece publicado en el numero de Mayo de 2018 de la revista Buenanueva.
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