Ahora, durante el verano, estoy cogiendo el metro para ir al trabajo. Los niños están en casa y no tengo que hacer encaje de bolillos para dejar a unos y a otra (Almudena) en el colegio y en la guardería, respectivamente. Así que, más tranquila, me he sacado el abono por familia numerosa y a la vez que ahorro gasolina, hago ejercicio y bajo unos kilos. Digo todo esto porque, por las mañanas, en un trasbordo que tengo que hacer, me encuentro día sí, día no, a un chaval que no tendrá más de veinte años, extranjero, quizás americano o del norte de Europa, rubio, bien parecido, cantando con su guitarra y todos sus artilugios de megafonía. ¿Y qué canta? Aquí está lo sorprendente. Le canta a Jesucristo. Yo cuando lo oí por primera vez, no salía de mi asombro. ¡Un chaval cantando letras religiosas, en el metro! Con un par de ... "Prefiero estar junto a tu altar, que toda una vida lejos de ti", decía una de las estrofas, que me apunté, para que no se me olvidara.Y no es un peña...