Charla coloquio con tres jóvenes: "Nosotras nos ponemos límites"
“Nosotras
nos ponemos límites”
Son muy
buenas amigas, y tienen muchas cosas en común, como iremos viendo a
lo largo de la entrevista. Lo principal, comparten la misma fe. Y eso
hoy día, ya es un vínculo de unión muy fuerte. Las tres tienen 18
años, una se llama Teresa Iglesias y estudia 1º de Administración
de Empresas, a su lado, Paloma De la Hoz, que ha comenzado 1º de
Magisterio, y por último, Teresa Azañedo, que acaba de imbuirse en
1º de Derecho. Con ellas quedo en la antigua cafetería Galaxia de
Moncloa (hoy tiene otro nombre) para hablar de lo divino y de lo
humano…
En la foto de inicio: De izda a dcha: Teresa Azañedo, Paloma De la Hoz y Teresa Iglesias.
Lo primero que me
gustaría saber es de dónde habéis recibido la fe, y por qué
creeis.
Teresa Iglesias:
Nosotras tenemos la suerte de haber nacido en una familia que nos ha
transmitido la fe, y según mi opinión, sobre todo la fe hay que
sentirla y vivirla. Hemos tenido una base religiosa en casa, pero
después, a mí, por ejemplo, me corresponde alimentarla a través de
la oración, conociendo a Dios un poco más, recibiendo una formación
adecuada en la parroquia…
Paloma: Sí,
luego tú tienes que ir cultivando esa fe con los medios de formación
a tu alcance, aplicándolos a tu vida.
Teresa Azañedo:
Yo estoy de acuerdo con todo lo anterior, y añadiría que en un
principio yo estaba cómoda, a gusto con mis creencias, más tarde,
tuve alguna prueba o problema que me hizo darme cuenta de que lo que
de verdad vale la pena, lo único inamovible es la fe en Jesucristo.
Teresa Iglesias:
Como Teresa, al principio mi fe era un poco rutinaria, ¿iban mis
padres a misa? Pues yo también… luego a cierta edad tienes una
crisis de fe y te das cuenta de que hay dos caminos: o seguir a
Jesús, o dejarle. Yo opté por Cristo, y a partir de ahí me he dado
cuenta de que la fe ha de ser el pilar de mi vida. He entendido que
para enfrentarme con la vida había de tener un pilar que lo
sustentase todo, porque si no, no podía construir un edificio de
vida. Para mí la fe es la base sobre la que se sustenta todo, sin
ella no podría superar nada.
Paloma: A lo
mejor, cuando eres pequeña, te molesta tener que ir a misa. Pero
luego, según vas creciendo, te das cuenta de que hay algo más que
mueve el mundo. Que existe algo más, no sólo lo que se ve, y hay
situaciones que sin fe, yo misma las habría vivido de otra manera.
He sentido el apoyo de Dios ante determinados problemas, o he tomado
determinadas decisiones movida por la fe en Jesucristo.
¿Cómo experimentáis
la fe en Jesucristo cada día?
Teresa Iglesias:
Yo la estoy experimentando mucho a través del noviazgo. Si no tienes
el sustento de la fe es casi imposible llevar adelante un buen
noviazgo. Yo siempre decía que lo fundamental era que mi novio fuera
cristiano. Luego vas viendo que en la vida no siempre encuentras a
personas así…. Lo primordial que busco en una relación de pareja
es que él tenga valores, y si no ha tenido la suerte de tener una
familia como la mía, pues al menos que tenga un fondo, porque como
dicen por ahí, de donde no hay no se puede sacar. En mi caso
concreto, mi novio tiene los mismos valores que yo; pero a los dos
hay puntos que nos cuestan… pero gracias a esa fe que tenemos y a
esa tendencia a querer hacerlo todo bien -para agradar a Dios y que
Él sea la base de nuestra relación-, nos cuesta mucho menos.

Teresa Iglesias:
Yo lo experimento en mi vida, a Jesús, Dios hecho hombre, según la
ocasión… por ejemplo, si tengo un agobio pues le trato como Padre,
soy su hija, y le suplico…. “Hágase tu voluntad, pero mira… “;
también le cuento mis alegrías, y en esas ocasiones le trato como
amigo. Porque la oración es conversar, conocerle, tratarle…;
después, cuando tengo que pedirle perdón y humillarme, entonces le
veo como un Dios, como el ser más perfecto y bondadoso, Dios hecho
hombre. Jesús me perdona y me da la fuerza para empezar de nuevo.
¿Tenéis amigos no
creyentes? ¿Cómo es vuestra relación con ellos? ¿Os da vergüenza
decir que sois cristianas?
Paloma: En mi
colegio anterior, casi todas pensaban igual que yo; y no era difícil
explicar la fe. De pequeña, quizás por inmadurez, sí me ha dado
vergüenza reconocerme cristiana, pero ahora que la fe está más
asentada, no me importa que mis amigos de la calle me vean saliendo
de misa… me preguntan ¿qué haces? Y yo les explico por qué voy a
misa, lo que significa Dios en mi vida… en el fondo, esto les hace
bien.
Teresa Iglesias:
Este verano he viajado al extranjero, y decir que era cristiana y
creía en Dios, no me costaba. Lo que me costaba era lo que venía
después… una ametralladora de preguntas… y por qué, y porqué,
y porqué… pero en realidad, te sientes reafirmada en tu fe. Te das
cuenta de lo que crees y de lo que no crees cuando estás con gente
distinta a ti en sus convicciones. Lo difícil es explicar aquello en
lo que crees.
Paloma: Hay
personas que, en principio son tus amigos, que cuando se enteran de
que vas a misa dicen ¡ay, qué rara! Y dejan de considerarte su
amiga; pero luego hay otros que muestran interés y te preguntan
porqué haces tal o cual cosa…
Teresa Azañedo:
Yo nunca he tenido problemas por ser cristiana, nunca han dejado de
hablarme ni se han metido conmigo… y he conocido a mucha gente que
no cree, pero me han respetado, y de hecho, les ha picado la
curiosidad y han querido conocer más.

Paloma: Sí, se
nota. Porque tú tienes una serie de valores, mientras que para los
demás “todo vale”. Nosotras nos ponemos límites. Por ejemplo,
vas a un botellón y dices, “ya no bebo más”. Por ti, porque te
respetas como persona y sabes que si sigues bebiendo no está bien.
En cambio, los demás no tienen límite, les da igual emborrarse.
Teresa Azañedo: O
en el tema de la blasfemia… a nosotras no se nos ocurre decir
ciertas cosas.
Teresa Iglesias: A
simple vista no se nota, pero después, en las conversaciones, en la
forma de pensar… en casi todas las conversaciones los cristianos
tenemos detalles que revelan que pensamos y actuamos de otra manera.
¿Habláis con
vuestros amigos y amigas del aborto? Esto creará polémica, supongo…
Teresa Iglesias:
Sí. En realidad son siempre las mismas cuestiones… te digo las más
comunes: “si vas por la calle, y te violan ¿cómo no vas a
abortar?”;“tengo 16 años, y me quedo embarazada, ¿cómo voy a
tener un hijo a esta edad?”; “por una parte, ¿por qué no lo
puedo hacer con mi novio? y por otro lado, tengo una edad en la que
todavía no quiero tener hijos, así que lo mejor es abortar”.
Yo siempre les digo que
si te quedas embarazada hay muchas soluciones, entre ellas, darlo en
adopción. Les explico que el ser humano es ser humano desde que es
concebido… pero claro, con estas personas tienes que tantear si
tienen una formación humana o no. Porque es inútil explicarles el
porqué hay que decir “no” al aborto, si ellos no tienen un
mínimo de valores. Yo les suelo hacer preguntas, para que piensen
por sí mismos y caigan en la verdad: “Tu abuelo, ¿tiene derecho
a la vida? –Sí. Y tu padre, ¿tiene derecho a la vida? –Sí.
Entonces ¿todo el mundo tiene derecho a nacer? –Sí. Pues ¿quién
eres tú para quitarle ese derecho a un ser indefenso, a un ser
humano que no se puede defender?”. Intento, a través de preguntas,
hacerles entender porqué el aborto está mal. Pero al final, suelen
ir un poco a lo suyo.

Teresa Iglesias:
Yo creo que la gente tiene miedo a las obligaciones. Quieren todas
las facilidades y concebir un hijo es muy fácil, lo difícil es la
consecuencia de ese acto. Estamos en una sociedad que promueve no
tener obligaciones, no tener límites.
Paloma: Y se
parapetan en argumentos falsos, como el de que “eso” todavía no
es un niño. Es una “celulita” y así no te creas cargos de
conciencia. Pero interiormente sabes que eres la madre y que ese es
tu hijo, y que ahí hay vida desde el primer momento. Pero claro, es
mucho más fácil cortar por lo sano y abortar.
Teresa Iglesias:
Se autoengañan. A lo mejor, si lo piensan en frío se dan cuenta de
que ahí hay vida, pero les compensa pensar que ahí no hay vida.
Quisiera que
habláramos un momento sobre las relaciones prematrimoniales. Supongo
que tendréis amigas que ya tienen relaciones sexuales con sus
novios… vosotras, ¿habéis abordado este tema con ellas?

Paloma: Hay chicas
que te dicen que su relación de pareja no es sólo por placer, sino
porque quieren mucho a su novio y por eso se entregan a él. Pero tú
como cristiana sabes que ese acto ha de estar abierto a la vida. Yo
sé que Dios ha puesto placer en el acto conyugal, igual que ha
puesto placer en el comer; pero en el fondo, la entrega sexual tiene
como fin tener hijos. Pero eso no se lo vas a explicar a alguien que
no tiene idea de nada. Puedes explicarlo desde un punto de vista más
universal, por ejemplo, que todas las personas tenemos dignidad, y si
te acuestas con uno que no vas a volver a ver, ya has perdido tu
dignidad, algo que es tuyo.
Teresa Azañedo:
Si tú te consideras una basura y no te respetas a ti misma, pues sí,
lo haces… eres un objeto de usar y tirar, puedes irte con
cualquiera; pero si tienes un cierto respeto por ti misma y te
consideras persona, has de controlar ese instinto animal que a veces
nos sale.
Paloma: En la
sociedad en que vivimos es difícil vivir la castidad bien, porque
continuamente se promueven métodos anticonceptivos, la sexualidad
fuera del matrimonio… si no hay valores, es muy difícil vivir todo
esto de lo que estamos hablando.
Autor: Victoria Luque.
Teresa
Iglesias: Te das cuenta de lo que crees y de lo que no crees cuando
estás con gente distinta a ti en tus convicciones. Lo difícil es
explicar aquello en lo que crees
Teresa
Azañedo: Si tú te consideras un objeto de usar y tirar, puedes irte
con cualquiera; pero si tienes un cierto respeto por ti misma y te
consideras persona, has de controlar ese instinto animal que a veces
nos sale
Paloma De la Hoz:
Hay amigos que cuando se enteran de que vas a misa dicen
¡ay, qué rara! y dejan de considerarte su amiga; pero luego hay
otros que muestran interés y te preguntan porqué
Teresa Iglesias: Yo creo
que los jóvenes tienen miedo a las obligaciones. Quieren todas las
facilidades y concebir un hijo es muy fácil, lo difícil es la
consecuencia de ese acto. Estamos en una sociedad que promueve no
tener límites.
Autor: Victoria Luque.
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