Cuando emprendas tu viaje a Gante




Cuando emprendas tu viaje a Gante conviene que recuerdes quien eres...
echa la mirada atrás y sonríe, porque llevas contigo
a Aquel a quien más le importas,
acógelo como a tu compañero de viaje, y todo te irá bien.

Cuando emprendas tu viaje a Gante hazle un huequecito,
ahí, en tu mochila,
al amor de tus seres queridos, recuerda la mesa larga de las comidas,
las albóndigas, los filetes con patatas, las salsas de todo tipo...
a papa entrando en casa con los cascos puestos,
los besos, las risas de las pequeñas,
la tele puesta... los bombones -de la rumana-, el hogar.

Cuando emprendas tu viaje a Gante no olvides tu guitarra,
Ay, Joselito...
busca tiempo para rasgarla
recréate con lo divino y lo profano.
Hazle un hueco en tu corazón
a la belleza,
busca la armonía fuera y dentro,
... y todo te irá bien.

Cuando emprendas tu viaje a Gante llévate contigo, ahí,
en el bolsillo trasero de tu mochila
repleta de sueños,
un trocito de nuestros corazones desgarrados.
Cuídalos bien, son tuyos. Llámanos,
videollamadas, please.

Ay, Joselito... cuando ya, por fin, estés en Gante,
vive tu vida, aprende, añade sabiduría
a tus años, afiánzate en tus raíces, en la fe,
despliega las alas del águila
que eres,
y vuelve, tras la experiencia,
sencillo, sincero, pacífico,
amante de la verdad.

Que ese viaje a Gante te traiga de nuevo a casa,
más sabio, más humilde, más hijo.








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