Emaús y Effetá, dos realidades de la Iglesia, en auge


 Si hubiera que buscar un calificativo que englobe lo que un retiro de EmaúsEffetá supone para el que lo vive, éste podría ser “sorprendente”. Y quizás me quede corta. Los retiros de Emaús (para adultos) y Effetá (para jóvenes) constituyen una realidad de “nueva evangelización” muy pujante en la Iglesia española. También en Latinoamerica. Desde el 2010 ya son miles y miles de personas las que, en España, han pasado por estos retiros de fin de semana, y la tónica general es que vuelven a sus casas “tocados” por el amor de Dios. Regenerados. Convertidos. Sanados. 


Los retiros de Emaús comenzaron en Miami (Estados Unidos) de la mano de Mirna Gallagher y un grupo de mujeres, con el visto bueno del obispo y del párroco del lugar. Se extendieron como la espuma por Latinoamérica, en concreto, en Argentina el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio (actualmente, Papa Francisco) los acogió efusivamente; y de Colombia dieron el salto a España, en concreto a la parroquia de San Germán, en Madrid. Después, el boca a boca ha hecho el resto.  


Pero, ¿qué es lo que tienen estos retiros que producen en las personas un cambio tan drástico de vida? Tiendo a pensar que sencillamente, es el Espíritu Santo actuando sin contención alguna...  He tenido la oportunidad de asistir a una misa de clausura de uno de estos retiros y desde el minuto uno lo sorprendente, lo que te envuelve, es la alegría desbordante que tienen los chicos/as (en mi caso era un retiro de Effetá) que han asistido a este encuentro. Sorprende también que en dos días una persona pueda “entrar atea”, y “salir cristiana”, evidentemente, esto es una forma de describirlo, porque a esta persona le espera un camino largo de conversión de vida. Pero la realidad es que ahí, en Emaús, en Effetá, se produce ese encuentro personal e íntimo con el Señor, que hace que todo lo que venga después merezca la pena ser vivido. 


¿Y cuál es la metodología que emplean? Pues, parece ser que la dinámica son los testimonios. Se busca durante toda la convivencia-retiro que las personas 

se abran al amor de Dios, que vean y experimenten cómo el Señor les ha estado acompañando, queriendo, acogiendo en todos los momentos de su existencia, también y sobre todo en los más duros... es por ello que la mayor parte de las vivencias del retiro no se difunden pues afectan a terceras personas.  


 ¿Qué tienen estos retiros que provocan en la persona un cambio tan espectacular? Sencillamente, es el Espíritu Santo actuando sin contención alguna


Por último, quiero traer aquí la experiencia de una mujer, Ana, que recientemente ha estado en uno de los retiros de Emaús, ella contaba: “Llevo casada 20 años y nunca había ido sola a ningún retiro, siempre iba con mi marido. La primera noche del retiro me sentí incómoda, me preguntaba qué hacía yo allí, con una mujer (mi compañera de habitación) a la que ni siquiera conocía. Y en esa situación, le pregunté al Señor, pero ¿qué quieres de mí? ¿por qué me has traído aquí? Sentí la necesidad de abrir el evangelio, y leí: «El extendió la mano, le tocó y dijo: “Quiero, queda limpio”. Y al instante quedó limpio de su lepra». Le dije, Señor, ¿es que vas a sanarme de algo de lo que ni siquiera yo soy consciente?. Pues sí, efectivamente, a lo largo de este retiro Jesús ha sanado una herida muy profunda, que estaba completamente tapada, oculta, y que me impedía amar a mi marido como él necesita ser amado. Durante mi juventud tuve una relación -con un novio anterior- que me hizo mucho daño, y eso me impedía donarme completamente a mi marido. El Señor en este retiro lo ha hecho todo nuevo. Es como si me hubiera quitado una losa de encima. A partir de este retiro la relación con mi marido ha cambiado, ahora estoy contenta, tengo muchísima paz”.




Victoria Luque.

 

 

 

 

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