Tips para que tomes la mejor decisión: Sexo entre adolescentes

 

Si eres adolescente, tips que te ayudarán a decidir si tener sexo o no

Igual que sucede con el inicio del consumo de alcohol, la edad en que los adolescentes mantienen su primera relación sexual completa está en torno a los 14 años. Así se extrae de un estudio realizado por la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña (AIFICC), que fija este momento en los 13,8 años. Sin embargo, las edades bailan según el estudio que se contemple, así, según el Informe Juventud en España 2020, casi el 57% de los jóvenes encuestados entre 15 y 19 años declara haber tenido su primera relación sexual a los 16 años. Sea como fuere, la edad de inicio de la primera relación sexual está descendiendo año tras año. Es importante pensar antes de tomar una decisión (tener sexo o no) que puede condicionar el resto de nuestra vida.
(Imagen obtenida por IA)


1. Los chicos y las chicas no estamos en el mismo momento vital en la adolescencia, nosotras a los 14-15 años idealizamos mucho a la persona con la que queremos estar, buscamos un amor verdadero, alguien que nos quiera hasta dar la vida si fuera necesario… Es decir, buscamos un amor puro, entregado, maravilloso, único. Esto, por lo general, no ocurre en los chicos, cuyo pensamiento a estas edades está más bien orientado a descubrir y experimentar placer con su cuerpo o con el del otro sexo. Es decir, vivimos chicos y chicas en mundos paralelos, con aspiraciones muy distintas, y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de querer tener una relación con alguien del sexo opuesto.


2. En la adolescencia no vemos a largo plazo, tenemos la mirada muy corta, no vemos más allá de uno o dos años… Esto es algo que ocurre en nuestro cerebro durante la adolescencia y está comprobado científicamente, tanto es así que no somos capaces de ver más allá de lo que nos pasa aquí y ahora. No nos proyectamos a largo plazo, y esto dificulta también el poder “pensar en futuro” a medio y largo plazo con alguien en concreto.


3. ¿Sabemos a quién nos estamos entregando? ¿Le conozco realmente? ¿Sé cómo piensa? ¿Conozco sus miedos, sus seguridades, sus ilusiones, sus errores, sus heridas? ¿Voy a entregarme a alguien que, seguramente, no va a ser la persona con la que comparta mi vida en el futuro? ¿Me veo con él dentro de 5 años? Si no es así ¿merece la pena tener relaciones sexuales con alguien a quien no voy a ver más?
Quizás una manera de comprobar si ese chico/a me quiere de verdad, sea decirle: “vale, salimos juntos pero sin sexo”. Si de verdad me quiere, respetará mi decisión y no me tocará.


4. Esto para las chicas: Fuera agobios. Da mucha tranquilidad vivir la vida sin la incertidumbre de si estoy o no embarazada. Es muy estresante pensar, después de una relación sexual, si me habré quedado embarazada o no. Porque los condones se rompen o se ponen mal, o en el peor de los casos, ni siquiera se usan. También están las enfermedades venéreas que puedo contraer, que no es ninguna tontería.


5. ¿Y qué otra opción tengo? Relacionarme con ese chico que me gusta, sin tener sexo. Así le conoceré mejor, en profundidad y sabré que de verdad le importo.


6. Si eres creyente, recuerda lo que dice san Pablo: “Somos templo del Espíritu santo”. Tenemos una dignidad de hijos de Dios y herederos del cielo, y esa maravilla que Él nos regala por el bautismo hay que valorarla. Cuida de tu cuerpo, porque no te pertenece, eres de Dios por la sangre de Cristo, que nos ha hecho Hijos y Amados de Dios. Vivir la vida como Hija de Dios es un tesoro que no todos conocen ni pueden experimentar.


7. Ya sabes que el sexo no es un juego. La sexualidad en general, y el sexo en particular, están pensados por Dios dentro de un plan para la pareja, para el matrimonio. Y en ese plan están el amor para siempre y los hijos. Con el sexo se traen hijos al mundo si no pones barreras o si las barreras no te han funcionado. Y te puedes ver embarazada con 16 años. ¿Te mola? Pues la forma de que esto no suceda, es no teniendo relaciones sexuales hasta que te cases (si eres creyente) o tengas una pareja estable.

8. Mi opción ideal sería esperar. Hay que saber esperar. Ten amigos, disfruta de la vida, pero no te la compliques teniendo sexo en la adolescencia o en la juventud. Todo llegará. Cada cosa en su momento.


9. Si ya has tenido sexo y te has quedado embarazada, una salida nada, nada aconsejable es el aborto. Y digo que no te lo aconsejo porque le estás quitando la vida a un ser humano. Aunque sea tu cuerpo, el ser (de la especie humana) que está dentro de ti, no eres tú. No te confundas, no te dejes engañar. Ese ser minúsculo ya tiene una vida propia, aunque dependa de ti para seguir viviendo. Y hay vida, esto está demostrado científicamente, desde el momento en que se unen el esperma y el óvulo.


10. Además, abortar, no sé si lo sabes, tiene consecuencias muy negativas para ti. Está demostrado además que el cuerpo cuando aborta voluntariamente sufre una reacción fisiológica y/o emocional ante la “pérdida” de ese ser al que tenía que proteger y cuidar. ¿Cómo reacciona? Con ansiedad, depresión postparto (80%) o suicidio (40%)*. Por otro lado, piensa en que si eres responsable para tener sexo, también lo serás para aceptar al hijo que pueda venir como consecuencia de ese acto sexual. Esto es así, una persona madura asume las consecuencias de sus actos.


11. Por lo demás, también te lo digo, si estás en ese dilema de tener a tu hijo o no tenerlo, no lo dudes: Tenlo, te dará muchísimas alegrías; no te dejes manipular por la sociedad de ahora, que antepone tantas cosas por encima de la defensa de la vida de tu hijo. Comprobarás que es posible tener un hijo y ser feliz. Más aún, comprobarás que ese hijo te hará mucho mejor persona, además, apostar por la vida es siempre fuente de paz. Busca ayuda, de tus padres o de asociaciones como Red Madre o Madrina, ya verás que todo va a ir bien.

Victoria Luque.

* El 80 por ciento de las mujeres que abortan sufre síntomas depresivos, mientras que el 40 por ciento ha pensado en suicidarse, según se detalla en la primera nota técnica del grupo de trabajo sobre aspectos médicos del aborto, integrado en el Comité de Expertos de la iniciativa Derecho a Vivir (DAV).2008

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