Objetivo: Educar el corazón

 



Nieves González Rico
Nieves González Rico, Directora del Instituto Desarrollo y Persona de la Universidad Francisco de Vitoria –organizadora del Congreso virtual para educadores católicos “La educación del corazón: afectividad y sexualidad para el siglo XXI, celebrado on line- inicia su disertación dando a conocer una batería de preguntas que jóvenes universitarios han escrito previamente en distintas charlas sobre afectividad y sexualidad:

“Me he enamorado de una chica y no puedo dejar de pensar en ella, ¿esto es normal? Si mi amigo está saliendo con la chica que me gusta, ¿me tengo que alegrar por él? ¿Por qué cuesta tanto dejarse querer, por qué cuesta tanto entregar nuestra alma, vida, amor, y nos cuesta tan poco entregar nuestro cuerpo? ¿Es posible querer a alguien y ponerle los cuernos?

¿Qué efecto tienen las drogas en las relaciones sexuales? ¿Es posible en la actualidad amar para toda la vida? ¿Es correcto abortar si el embarazo es fruto de una violación? ¿Es normal llorar después de mantener relaciones sexuales? ¿Qué hacer con el miedo a no encontrar pareja? Yo no veo sentido a que el sexo no pueda ser divertido sin más, chin pun“.

Acompañar al joven. Tras dar a conocer estas preguntas escritas desde el corazón, que revelan de fondo situaciones, inquietudes, problemas de los jóvenes, lo que, en definitiva, Nieves González llama un baño de realismo para el educador, esta especialista transmite una certeza: “No hay espacios reales de encuentro entre jóvenes y adultos para abordar estas cuestiones”, es decir, según Nieves González un 90% de estos jóvenes no encuentra a nadie con quien iniciar un camino de discernimiento y de maduración interior sobre su afectividad y sexualidad.

Y ante esta realidad acuciante en la que el/la joven está cuasi abandonado a su suerte, ¿qué podemos hacer los padres y formadores? ¿Cómo ayudarles en este proceso? Sencillamente, acompañándoles desde su realidad, y para ello, Nieves González da luz sobre tres obstáculos a sortear: 1. Sería un error centrarse en el asunto que plantea el joven, sin atender primero a la persona en su totalidad. 2. No podemos iniciar una conversación desde nuestras propias seguridades ideológicas, filosóficas, etc., sino que habremos de partir de donde se encuentra el joven. 3. Evitemos defendernos de nuestro propio mundo emocional.
 
Proyecto Aprendemos a amar

Comenta Nieves González: “La pregunta del joven no es algo, es alguien. Y el formador está llamado a recoger de esta pregunta o de cualquier comentario todo lo positivo que sea capaz de ver, para ello hay que saber “mirar”, es decir, hemos de valorarlo todo y quedarnos con lo bueno. Por tanto, valorar, saber que no hablamos de algo, sino que nos dirigimos a alguien, y que nuestro objetivo es suscitar un encuentro”.

Un segundo paso, según la ponente, sería proponer un camino que parta de donde los jóvenes están, no de nuestra propia casilla de salida. Es el “baño de realismo” del que hablábamos antes: “El joven está como puede estar en este momento, es como puede ser en este momento, y esa vida que recibimos y que estamos llamados a acompañar encierra un par de anhelos profundos que la sexualidad regala: el deseo de querer y ser querido, y ese profundo deseo de vivir y hacer vivir, no de destruir”.

Nieves González Rico: “La pregunta del joven no es algo, es alguien”

La pregunta inteligente. ¿Y cómo acompañar desde donde están, para que sea oportunidad de crecimiento para ellos? Nieves González proporciona dos pistas: Despertar la pregunta inteligente, el método Socrático. Y escuchar incluso en los silencios. Sobre la “pregunta inteligente” esta especialista trae a colación un caso real: “Recuerdo un encuentro precioso con jóvenes, estaban volcados, se habían compartido muchas cosas. Al final de la reunión, un joven se puso en pie y desafiante, dice: “Yo no creo que exista un amor que pueda durar”. Lanzó el guante, como hacen ellos… en ese momento, hay que mirarle a él, acompañarle a él… Es decir, me estás diciendo que tú no crees que pueda nacer una relación para ti, una relación fresca, que permanezca en el tiempo, que os ayude a desear ser mejores; una relación que esté ahí, no solo cuando estás bien, también cuando tu vida se tuerza, o estés profundamente mal, una relación en la que puedas contar permanentemente con la otra persona y en la que sepas que esa persona está dentro de tu propia vida… “Esto no existe, va a desaparecer” (contestó).

Lo que planteas es muy importante, porque nos estás diciendo a todos que no es posible buscar y encontrar algo que no existe, por tanto, si no existe, es necesario decirle a nuestro corazón que no aspire demasiado, de verdad, no te pongas tonto, no esperes más de la cuenta porque no existe, confórmate con lo que hay, y a veces, tenemos experiencia de ello, lo que hay es escaso, está justo, nos genera insatisfacción, tristeza, una sensación de ausencia, una nostalgia, pero de verdad, no aspires a más que no hay más… Sin embargo, imagínate que sí existe, entonces la pregunta cambiaría, porque la pregunta sería: Puede ser infrecuente, difícil de encontrar, puedo no haberlo tenido en mi vida, en mi experiencia familiar, en lo que me rodea, amigos, pero si existe, ¿cómo estoy llamado a vivir para que me pueda suceder? Entonces la pelota se ha trasladado al tejado del joven, he aquí la pregunta inteligente”.

Escuchar en los silencios. Si la primera pista era despertar la pregunta inteligente para iniciar un camino de acompañamiento, el segundo paso propuesto es “escuchar incluso en los silencios”. Sobre ello Nieves González rescata una experiencia personal con una adolescente: “Recuerdo que me preguntó: ¿Si te haces un tatuaje te puede salir cáncer en la piel? En principio, parece que hablamos de tatuajes, pero conviene saber que un adolescente no hace fácilmente una confidencia, sino que siempre se aproxima periféricamente, y lo que hace con sus preguntas, con sus comentarios, con su comportamiento, es tomar el pulso al formador, ver qué capacidad de cercanía afectiva tiene con él.

Esta joven que preguntaba sobre el cáncer de piel y el tatuaje, en realidad se estaba autolesionando con un compás, marcando en su brazo el nombre de un chico. Esto es una toxicidad, es decir, el amor no es hacernos daño en la piel para grabar un nombre. Pero hay que llegar a ella para saber qué está sucediendo, y que ella misma pueda plantearse qué me pasa, por qué me está pasando y qué voy a hacer con lo que me está pasando. Por tanto, hay que tener nuestra persona muy abierta al encuentro para intuir sobre todo la capacidad de sufrimiento de estos jóvenes, y anunciar con mucha ternura, la verdad”.

Un segundo paso, según la ponente, sería proponer un camino que parta de donde los jóvenes están, no de nuestra propia casilla de salida

Hagamos una síntesis de lo expuesto: Valorar a la persona, proponer un camino a través de la pregunta inteligente y escuchar incluso en el silencio, y en tercer lugar, acogernos a nosotros mismos para poder acoger, en lugar de defendernos de nuestro propio mundo emocional. Sobre este último apunte, Nieves González apostilla: «Lo he escuchado muchísimas veces: “Yo no tengo autoridad para hablar porque tengo mi propia historia, mi pasado, mis errores…” Es decir, tendemos a defendernos, y para salir al encuentro del otro, lo primero es acogernos a nosotros mismos, escuchar todo este mundo interior, y poderlo compartir con otros para no colocar el parapeto; no es que no sepamos de las cosas, es que no somos capaces de abrirnos con libertad”.

Y por último, Nieves González señala que los padres y educadores hemos de confiar en el corazón del joven: “Confiemos, porque el joven está bien hecho, confiemos en que podemos acoger su pasado, confiemos en que estamos acompañando su presente y miremos su futuro con mucha esperanza porque el joven está bien hecho, tengamos sobre él esa misma mirada que Dios tiene sobre cada uno de nosotros. Pidámosle esta mirada”.

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Proyecto Aprendemos a Amar. Actividades presenciales tanto para jóvenes, como para profesores y padres. Universidad Francisco de Vitoria.

Victoria Luque. Cooperador Paulino.

 


 




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