El Dios fiel mantiene su alianza (Análisis de la Conferencia Episcopal Española sobre la sociedad actual)


pareja joven sonriente con dos niños, familia joven feliz, @victorialuque
Hace unos meses la Conferencia Episcopal Española presentó a la sociedad en general y a la Iglesia en su conjunto el documento “El Dios fiel mantiene su alianza”.

Dicho instrumento de trabajo pastoral comienza analizando la situación actual de España y del mundo desde una perspectiva cultural, social y política, para realizar posteriormente una propuesta antropológica de hondo calado que pretende invitar a la reflexión a toda la sociedad española y aunar voluntades en torno a la necesidad de buscar el bien común.

En este sentido los obispos reconocen un hilo conductor para lograr un diálogo fructífero con los distintos grupos, instituciones o movimientos sociales: “El hilo conductor de estas reflexiones viene dado por la íntima unión que descubrimos entre nuestra fe en Dios, la concepción de la persona, la propuesta del matrimonio y la familia y la comprensión de la sociedad en la perspectiva del bien común”.

Las familias constituyen el ámbito más adecuado en el que cada persona llega a ser genuinamente humana y puede desarrollarse. La familia es el seno de vínculos a través de los cuales la mayoría de la humanidad da lo mejor de sí misma. Es la que proporciona a cada persona las mayores alegrías, atravesadas también por el dolor que el amor o su ausencia a veces provoca. Es en la familia donde la mayor parte de la humanidad alcanza la plenitud del amor.


Haciéndose eco de la Encíclica del papa Francisco Fratelli tutti, en la que se vincula Persona, Pueblo y Bien común, los obispos argumentan: “La caridad social nos hace amar el bien común y nos lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no solo individualmente, sino también en la dimensión social que las une. Cada uno es plenamente persona cuando pertenece a un pueblo y, al mismo tiempo, no hay verdadero pueblo sin respeto al rostro de cada persona. Pueblo y persona son términos correlativos. Sin embargo, hoy se pretende reducir las personas a individuos, fácilmente dominables por poderes que miran a intereses espurios. La buena política busca caminos de construcción de comunidades en los distintos niveles de la vida social, en orden a reequilibrar y reorientar la globalización para evitar sus efectos disgregantes”.

En la familia nos insertamos en los ambientes de la convivencia ordinaria y desde ella misma, como institución primaria, nos insertamos en las instituciones de una sociedad que se organiza como comunidad política. A la vez, en las familias es donde las personas aprenden vitalmente valores, ejercitados como virtudes, y universalmente reconocidos, como la fraternidad, la gratuidad, la solidaridad intergeneracional, los bienes comunes compartidos o la participación social que hace posible la democracia.

Continuando con el análisis de la situación actual, el documento Dios es fiel no olvida la pandemia reciente y la guerra en Ucrania: “La COVID-19 y la guerra han puesto al descubierto cuestiones que permanecían ocultadas por el deslumbramiento de la ciencia, la tecnología y el progreso: cuestiones como la fragilidad, la muerte, la soledad, la brutalidad del poder, el enfrentamiento sin diálogo, las desigualdades, la precariedad de los ancianos…, y ha supuesto también una aceleración de los procesos transformadores en marcha, con una renovada confianza en la tecnología y una emergente propuesta poshumanista. Cuando esta tendencia llega a ser excluyente, el ser humano, si quiere ocupar el lugar de Dios, se ve amenazado por la reducción a una especie animal más y víctima de las nuevas máquinas. Su afán de poder en las relaciones humanas y el dominio de la naturaleza, que pretende ser absoluto, causan muchos de los males que nos afligen”.

En este sentido los obispos señalan que “la concepción de la persona como individuo autosuficiente e independiente y de la familia como consenso universal modificable, que da pie a una multiplicidad de modelos, todos equivalentes, son un punto crítico y significativo de la desvinculación que surge al prescindir de quien es Creador y Padre”.

La fragilidad interna y la adaptación e influencia de los sistemas sociales provocan que aspectos positivos y negativos vayan entrelazándose y convivan. Ha crecido la protección a miembros aislados de la familia, pero se ha deteriorado la defensa de la vida y el cuidado de la institución familiar como tal. El desarrollo de los derechos y libertades de la mujer es, quizás, el factor que más ha influido sobre la evolución de la vida matrimonial y familiar. Es muy importante que el cuidado de los niños y la promoción de la mujer no se desenfoquen por motivos ideológicos que no atienden a la realidad familiar y su papel para el bien común, sino a otros intereses.


Basándose en una antropología que ayude a interpretar todo lo humano, la Iglesia ofrece una propuesta adecuada a la experiencia humana elemental: Que la persona es amada por Dios, amor que se expresa en el don de la vida, en nuestra corporalidad y conciencia. Así, el documento señala: “Somos don, cuerpo-espíritu, cuerpo sexuado y sujetos miembros de un pueblo —es decir, personas relacionales y no individuos aislados—, por tanto nos hace falta una reflexión antropológica sobre lo que somos como seres humanos”. Apoyándose en el Discurso que Benedicto XVI hizo en2011 ante el Parlamento alemán los obispos reflexionan sobre la extraordinaria importancia del significado de la diferencia sexual: “Es preciso un nuevo diálogo sobre la vocación del hombre y de la mujer, previo a los roles sociales y económicos que hombre y mujer desempeñan.

Benedicto XVI habla al respecto de una ecología del hombre: «Quisiera afrontar seriamente un punto que —me parece— se ha olvidado tanto hoy como ayer: hay también una ecología del hombre. También el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo». Esta antropología religadora de todo lo humano, personal, ambiental e institucional, solo se sostiene si hay una religación fundante, un Padre que abraza y reúne a la familia en el hogar común”.

Publicado en Cooperador Paulino. Mayo 2023

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