Adolescentes y sexo: ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?


 

educar en la sexualidad
En esta sociedad occidental, donde la edad de inicio en las relaciones sexuales es cada vez más baja, urge ayudar a los padres cristianos en la labor de educar a los hijos en la sexualidad desde el respeto a la dignidad de la persona. Algo se está moviendo en el mundo de los adolescentes. La sociedad actual, hipersexualizada, no ayuda a que el adolescente tenga criterio formado a la hora de vivir su sexualidad. Así, quizás por encajar con el entorno o para no ser un “bicho raro”, el joven comienza cada vez antes su primera experiencia sexual. Según un Estudio de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, la edad de inicio de las relaciones sexuales completas se sitúa entre los 15 y 16 años (50,9%). Es significativa la mayor frecuencia de inicio de las relaciones en este intervalo de edad de las chicas (58%) frente a los chicos (45,4%). Un 18,8% inician las relaciones entre los 13 y 14 años; por encima de los 17 años el 13,9% y con menos de 12 años el 8,4%*.

Esta precocidad a la hora de practicar sexo (hay un Estudio realizado por la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña (AIFICC) que fija la edad de la primera relación sexual completa a los 13,8 años) entraña numerosos riesgos para la salud física y mental del menor, tales como embarazos precoces, abortos, ansiedad, infecciones de trasmisión sexual (ITS), uso de la píldora del día después, relaciones sexuales forzadas e incluso sentimientos de decepción o arrepentimiento después de la relación sexual.


Investiga, ahonda sobre todo en el estudio de la Teología del cuerpo de San Juan Pablo II. Mira vídeos, toma notas; si puedes, ve a algún Retiro


Planteados los datos, es importante decir que hay muchos padres cristianos preocupados por este asunto, porque ¿Qué hacer cuando tu hijo adolescente no te hace caso y ves que se está poniendo en peligro? ¿Cómo actuar cuando intuyes que tu hija adolescente tiene una vida sexual activa? En primer lugar, conviene decir que con una educación afectivo-sexual desde la familia y desde edades tempranas, se evitarían posiblemente estos lodos. Sin embargo, no todo está perdido ni muchísimo menos. Los cristianos contamos en primer lugar con tres armas fundamentales para dar la batalla no contra la carne ni la sangre sino “contra los espíritus inmundos que habitan en el mundo tenebroso” (san Pablo).

Así, lo primero, ponte a rezar, la oración constante te acercará a la voluntad de Dios para ti y para tu familia y además te proporcionará el discernimiento que necesitas para acercarte a tu hijo/a adolescente. En segundo lugar ayuna, haz pequeños actos de renuncia (de comida, de uso de las tecnologías…etc.) como forma de decirle a tu Padre Dios, “eh, estoy aquí, esto va en serio, necesito tu ayuda”; por último, haz limosna, ya sabes que la limosna “cubre multitud de pecados”. Sin este primer paso todo lo que construiremos después no se podrá sostener. Así que empieza por los cimientos.


Crea una relación de confianza con tu hijo/a. Será la manera 
en que puedas ayudarle


Un segundo paso, muy importante además, será informarte adecuadamente sobre la visión cristiana y antropológica de la sexualidad humana: Investiga, ahonda sobre todo en el estudio de la Teología del cuerpo de San Juan Pablo II. Mira vídeos, toma notas; si puedes, ve a algún Retiro basado en la sexualidad según san Juan Pablo II. No te defraudará. Te abrirá un camino maravilloso, una visión positiva y afirmante del amor humano. Hoy día, en que quizás por inseguridad personal, los padres cristianos bombardeamos a los hijos adolescentes con prohibiciones de todo tipo, resulta impactante ofrecerles esta otra aproximación a la sexualidad mostrándoles lo bueno, lo bello y lo sagrado que es el cuerpo humano y su sexualidad (creado por Dios para nuestra felicidad) y por tanto, la necesidad que tenemos de protegerlo y custodiarlo para entregarlo a la persona adecuada.

En tercer lugar, y no menos importante que los dos pasos anteriores, crea una relación de confianza con tu hijo/a. Será la manera en que puedas ayudarle, por el contrario si construyes un muro entre tú y él/ella, si le juzgas continuamente vuestra relación estará rota y no podrás estar ahí, a su lado, para consolarle, aconsejarle, y sobre todo para mostrarle el amor que Dios le tiene independientemente de que se haya equivocado o no. Hay casos en los que la hija prefiere abortar antes que decir a sus padres que está embarazada. Que esto no nos llegue a pasar.

*Alfaro González M, Vázquez Fernández ME, Fierro Urturi A, Muñoz Moreno MF, Rodríguez Molinero L, González Hernando C, et al. Hábitos sexuales en los adolescentes de 13 a 18 años. Rev Pediatr Aten Primaria. 2015;17:217-25.



Rorro Echávez. Influencer    

Ignacio Echávez es un joven mexicano que conoció la Teología del cuerpo gracias a un campamento llamado Ethos. El cuenta su experiencia en You Tube (Teología del cuerpo para el corazón del joven. Rebeca Barba) y aquí dejamos un breve extracto.

“La teología del cuerpo te enseña a amar de manera ordenada, a amar con fundamentos, a amar con más razón y no por impulso. Yo en 2017 me hago viral y más conocido; en aquel momento me empezaron a hablar tantas y tantas personas que dije: “Caray, es que puedo hacer lo que quiera” y ahí el miedo me hizo recluirme (…). En 2019 fui a Ethos donde vi que tenía que cuidar mi corazón y mi alma para tener más que dar a la persona indicada; yo antes de eso repartía mi corazón a quien se me antojara, tal cual, así que mi experiencia es la de un joven que probó el otro camino y que, buscando el amor, encuentras otras muchas cosas menos amor (…).

Hay amigas mías que me dicen: “Oye, si pasan 5 años y te arrepientes, entonces habrás perdido tu tiempo, experiencias, etc…”. Bueno, yo no sé qué pasará en 5 años, sólo sé que ahora vivir así me está protegiendo, estoy cuidando mi corazón y el de otras personas, y me está dando mucha paz y mucha felicidad saber que puedo caminar por ahí sabiendo que no soy el que era antes. Si siguiera con las costumbres de antes, el teatrito de las redes sociales se me hubiera caído hace mucho tiempo y ahorita me siento bien, me siento tranquilo y me estoy preparando para la indicada, tal cual. Y esto no es cool, ni siquiera está de moda. Y la gente se cuestiona, me dice ¿Pero por qué lo vives? Y les digo, es que he ganado tanto que eso me impulsa a seguir viviéndolo, con mis tropiezos y demás, pero soy un joven que veo la promesa que está ahí afuera y digo guau, creo que sí vale la pena la espera. Siento que puedo reservarme, puedo cuidar mi corazón y puedo entrenarme en la fidelidad. Y todo esto lo hago porque quiero dar un sí grande al verdadero amor”.

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