De festivales de Navidad


Y... Acabamos de llegar del festival de navidad del cole... un año más organizando disfraces, saliendo del trabajo sin comer (con unas croquetas metidas en un tupper, en el bolso)y llegando casi sin aire al colegio para vestir a las pequeñas. Almudena estaba esperándome en la puerta de su clase, se alegró muchísimo de verme (las demás madres ya habían empezado a vestir a sus hijos, y ella estaba aún sin disfrazar), le quité el uniforme, le puse la camiseta negra con las letras "FAMILIA" y los pantalones negros... y le hice un par de fotos en clase... Le di dos besos, y me fui a vestir a Judith.

 Gracias a Dios una madre solidaria, viendo que yo no llegaba, se me adelantó, y cuando por fin, localicé la clase de Judith, ella ya había hecho el trabajo duro. Judith estaba preciosa con su vestido blanco de bailarina egipcia. Le habían pintado dos rayas negras en la comisura de los ojos, y aún me dio tiempo de hacer unas fotos a toda la clase, faraones, esclavos negros, abanicadores y bailarinas,María, José y el niño, todos en fila, justo antes de bajar al salón de actos. Fue una delicia ver la puesta en escena de este villancico moderno, lo hicieron francamente bien, y la carcajada estaba servida cada vez que las bailarinas desplegaban sus brazos y haciendo unos movimientos desconcertantes, desplazaban sus cuerpos hacia atrás, retando su línea de verticalidad. La verdad es que a José Manuel y a mí el festival de navidad nos compensa, porque tenemos niños clase sí, clase no, así que no nos aburrimos, mantenemos la expectación de principio a fin. Miro a mi alrededor, y el resto de los padres esperan ver la actuación de su hijo, y después, normalmente, pierden interés; a nosotros eso no nos ocurre, con el agravante además este año, de que las mayores, Rocío y Nazareth,son presentadoras y hacen doblete. Consecuencia de lo dicho anteriormente: Hemos decidido comprar el DVD que facilita el colegio cuando esté listo, porque como dicen nuestras adolescentes: "rentar, renta".

 Y dos palabras sobre la actuación de las medianas: Inevitablemente, el farolillo de Inés se apagó... dias previos había estado el farolillo que si sí, que si no, que si me enciendo, que si me apago... en el momento decisivo, optó por apagarse. Qué le vamos a hacer. Cuando la vi en el escenario, con todos sus compañeros, y su farolillo apagado, no pude más que esbozar una sonrisa. Al fin, el farolillo se había salido con la suya. Ella no se lo tomó a mal. Son cosas que pasan. Victoria, como está en la clase de Óscar, y éste es un profesor que se lo curra, tuvo una actuación junto al resto de su clase, espectacular. Hicieron una representación, a oscuras, con cables luminosos, de un cuento que hablaba de besos, muchos besos y abrazos... Esos que Dios tenía guardados en una cueva... todos los besos que los niños -después adultos- habían dado a lo largo de sus vidas. Al final, los niños le devuelven un súperbeso a su Padre Dios.

 En fin, no quiero cansaros más. Como todos los años, no nos ha tocado la cesta de navidad, y eso que,digo yo, las probabilidades de que nos la llevemos pesan a nuestro favor. Quince años ininterrumpidos de festivales de navidad... pues nada, no hay manera. Para desquitarme he comprado unos polvorones al volver a casa. Quien no se consuela, es porque no quiere. Postdata: Este año no hemos tenido festival de navidad en la parroquia, porque nos lo hemos tomado de descanso, y esperamos al curso que viene para llevar a Judith a pre-comunión. Así que, hemos estado más relajados, porque normalmente, no sé porqué curiosa razón, el festival de navidad del cole coincide con el de la parroquia. Y hay que estar de acá para allá, con disfraces varios. Este año, tranquilidad. Hurra. 

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