¿Quién me removerá la piedra?

Toda situación encuentra su esperanza en la piedra rodada y la tumba vacía...


¿Quién me removerá la piedra? El único que puede hacerlo eres Tú, Señor.
¿Quién me removerá la piedra? Hazlo ya, Señor, que me falta el aliento. Ten misericordia de mí, que soy presuntuosa, que busco la consideración de los demás, que me duele que no me tengan en cuenta... ¿quién me removerá la piedra? Sólo tú puedes hacerlo. Señor y dador de Vida. Mis Tres, como decía una santa de la que no recuerdo su nombre, que te hablaba a Ti, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, a una sola vez; original ella, y muy práctica.

Pues Mis Tres, me he dado cuenta de que necesito mucha ayuda Vuestra. De los tres, mis Tres. ¿Es que no he visto ya las maravillas que obráis (-obras-) en mi vida, para que aún siga así, con los labios sellados? ¿es que en el fondo de mi corazón no me lo creo? ¿qué me impide dar gloria a Dios? Creo que mi presunción, el querer quedar bien, el desear que todos piensen: ah, qué bien ha hablado, cómo se nota que el Señor se ha fijado en ella... Mentira, vanidad de vanidades. Buscar el aplauso sólo lleva a eso, a unos labios sellados.

Ten misericordia de mí, Señor, que soy una pecadora. Que no puedo con mi vida. Que sin ti soy un sepulcro vacío. Pero vacío no porque esté resucitada, sino porque en mí no hay NADIE, no habitas tú.
Ten compasión de mí y concédeme verdadera sabiduría para buscarte a ti sinceramente y por favor, mis Tres, no me dejéis sola. Ya sé que no lo vais a hacer, pero os necesito tanto. Necesito tanto sentirme querida por ti, Señor y Dios mío, necesito tanto que rompas mis muros, necesito tanto poder dar el amor con que tú me amas... Ojalá mi vida no sea infructuosa, ojalá puedas hacer una verdadera obra de amor en mí, ojalá yo no sea un impedimento para Ti. Señor, concédeme la gracia de poder amar como tú me amas. Concédeme creerme este amor que me tienes, y poder darlo... Concédeme no pensar en mi misma y ocuparme de los otros, concédeme ver lo que has hecho en mí, y sin presunción, con sencillez de corazón, entregarlo como fruto maduro de vida.

No permitas que el maligno robe todo lo que has plantado en mi vida.

Postdata: Acabo de ver hace un rato un vídeo de un rabino judío hablando sobre el significado de la Pesaj, la pascua judía. Y hay unas cuantas ideas interesantes que me ayudan en mi conversión. Una de ellas es que los hebreos pintaron con la sangre de carneros las jambas de las puertas de las casas judías por mandato de Moisés, porque esa noche, la noche de la Pascua, Dios iba a liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto.

Nosotros los cristianos tenemos una tradición hebrea que conocer, y alimentar, porque de hecho, Jesús era judío, nació en el pueblo judio, y además todo nuestro Antiguo Testamento proviene de la tradición hebrea, ciertamente.Y hay un simbolismo también con el carnero-cordero (-que para nosotros los cristianos es figura de Jesucristo, porque Él es el que nos libera de las esclavitudes personales que cada uno tenemos. "Yo soy el cordero que quita el pecado del mundo", dice Jesús-).

Este rabino señala que el carnero era el máximo dios de entre todos los dioses egipcios, y que los judíos se estaban jugando el tipo -la vida- cuando el día de la fiesta de ese dios supremo, ellos, los judíos, le dijeron a los egipcios pintando sus jambas con la sangre de los carneros, que Yhavé, Dios todopoderoso es el único Dios. De hecho, se dice que sólo 1 de cada 5 judíos (otros sostienen que 1 de cada 50) pintaron sus jambas, porque si Dios esa noche no actuaba, éstos, los que se enfrentaban a Faraón, perderían la vida.   Pero Dios actuó y salvó al pueblo elegido.

Esta idea, por otra parte, perfectamente válida para nosotros los cristianos, no quita fuerza a la certeza de que la sangre de Cristo, verdadero cordero degollado, que quita el pecado del mundo, es la que a mí me fortalece cada vez que la recibo en la eucaristía en forma de vino; esta sangre, recibida por las jambas de mis labios, preserva mi cuerpo (templo del Espíritu santo) para "tocar" ya de alguna manera aquí en la tierra, las maravillas que nos están preservadas allí en el cielo (cuando Le veamos cara a cara).

Post relacionados:
Conquistarán las puertas de sus enemigos
                              Alégrate


Comentarios

Entradas populares de este blog

Una rara avis

La conversión de Narciso Yepes