Todos sois bienvenidos. En este blog encontrarás experiencias personales, búsquedas y encuentros. Soy una mujer, madre de familia numerosa y creyente. Pasa y siéntete como en casa.
Feliz Navidad
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Que el Señor nos bendiga a todos, que podamos seguirle, amarle y entrar en Su voluntad.
¡Feliz Navidad!
Judith tiene algunas habilidades innatas... y tocar la guitarra parece que no es una de ellas. Eso sí, canta a voz en grito. Todo vale, en esto de transmitir la fe... Otros posts: Niña Judith Dar el salto: los hijos son un don
Ha sido una boda maravillosa en la que se respiraba mucha alegría y mucho amor. Se ha casado nuestra hija Rocío, y para nosotros ha sido una confirmación más de que Dios es fiel. Independientemente de que lo hayamos hecho mejor o peor con cada uno de nuestros hijos, Él está ahí, siempre está ahí para sanar y recrear aquello que está herido o dañado. Y eso es una pasada. Me tocó especialmente el corazón un regalo que nos dio Rocío el día de su boda: un cuadro con unas palabras que para mí fueron bálsamo. Entre otras cosas decía: "Gracias por enseñarme el verdadero significado de la familia y por todos los sacrificios y enseñanzas que han hecho que hoy sea qu ien soy. Os debo todo". "El verdadero significado de la familia". ¿Qué más puedo pedir que el hecho de que nuestra hija haya aprendido a "ser" familia? Muchas personas se acercaron ese día a felicitarnos por nuestros nueve hijos. No hemos sido nosotros, las gracias a Él, que es quien nos sostiene, no
Sencillo y genial al mismo tiempo, Narciso Yepes (1927 1997) personifica un importante capítulo de la historia universal de la guitarra. Las páginas siguientes reflejan su hondura religiosa, y reproducen en su mayor parte la entrevista que concedió a Pilar Urbano, publicada en el número 149 de la revista Época en enero de 1988. A Dios le encanta mi música El pretexto de esta conversación es el sillón número 18 de la Real Academia de Bellas Artes que, sustituyendo a Andrés Segovia, ocupará Yepes. Pero el motivo es, como siempre, abrir de par en par el personaje y asomarse a la persona: este hombre de cuerpo pequeño y macizo, rostro tosco, mirada suave como la seda y sonrisa inocente. Este hombre de manos pequeñas y gordezuelas, como nidos de gorrión, pero, ¡ah!, prodigiosamente sensitivas, certeras y firmes en el acorde, audaces y agilísimas en el arpegio. Manos que rasguean, que tañen, que pulsan, que hacen vibrar y estremecerse las cuerdas de la guitarra, como si las yemas de sus
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