Gran Hermano, ¡y a bailar!




No sé por dónde empezar. No salgo de mi asombro. Resulta que me he acostumbrado
a ver un programa televisivo, de gama "blanca", podría decirse, llamado
-ya lo conoceréis- FAMA, ¡y a bailar!.
En principio, todo muy inocente, chavales jóvenes aprendiendo distintos tipos
de baile, en una "Escuela".
Tras una selección entre al menos mil jóvenes,(que me la "tragué" entera,
han sido elegidos unos veinte, y a estos, sus profesores
-altamente cualificados, por lo que parece- les dan clases,
e incluso se convierten en sus "padres", dándoles consejos, orientándoles
también en cuanto al trato con sus compañeros... hasta ahí todo bien.

Incluso leí una entrevista hace poco en que la "regenta" de Fama,
una tal "Lola", decia que en la Escuela estos chicos aprendían valores
como el esfuerzo, el sacrificio, el compañerismo, etc.
Lo cual me pareció encomiable.

Pero... poco a poco el programa se ha ido convirtiendo en un Gran Hermano,
sólo que con actuaciones de sus protagonistas.
El cotilleo ya hace tiempo que lo vengo asumiendo, pero es que,
en los últimos programas que he visto, la cosa ha subido de tono...

primero, que si un beso "con lengua" (perdonad la expresión)durante
la actuación, entre Jonathan y Lourdes, y claro,
cuando fulanito le pregunta a menganita que si esto le podría
molestar al novio de ella...

ella, ni corta ni perezosa le dice que le da igual, que si se molesta su novio,
que se aguante, que están haciendo un "trabajo".

Después el profesor argentino, Rafa, insiste en que quiere "fuego", "fuego",
y ya durante la selección de los chavales, a algunos les hizo quitar la
camiseta, y bailar con el torso desnudo... bueno, pero es que ahora plantea
unas coreografías que parecen salidas de los night clubs.
Y este programa según cuentan ,y es verdad -porque mis hijas lo estaban
viendo hasta hace relativamente poco-, lo ven muchísimos
niños en edad escolar.

Pero no queda aquí la cosa, la gota que ¿colma? el vaso
ha sido cuando, en un tiempo de relax, los chicos y chicas de la casa
se han puesto a jugar a las "prendas".
Ya podéis imaginar.
Pues no, supera lo imaginable.

Resulta que él o ella, según el caso, con los ojos vendados,
toca las distintas partes del cuerpo del resto de los participantes
en el juego, para adivinar de quien se trata... culos, pechos,
incluidos en el lote. Y si no lo acierta, pues le tiene que dar
un "pico" al que corresponda. El o ella.

Es decir, que he visto, menos mal que estaba yo sola, porque si no
hubiera tenido que apagar la tele, cómo se besaban en la boca,
chica con chica, y chico con chico.
Lo más normal del mundo. Nadie ha cuestionado nada.
Todo entraba dentro de la normalidad.
No salgo de mi asombro.
Y este programa, trata de fomentar unos valores entre la gente joven,
sí, valores de esfuerzo y trabajo, pero se han olvidado del respeto
a la otra persona, del respeto a su intimidad...
esto también hay que enseñarlo.
Porque la dignidad también se aprende. Pobres chavales.

Postdata: Por cierto, detrás de todo esto, ¿no estará la ideología de
género? ¿El ir calando, como lluvia fina, la idea de que la sexualidad
es una opción, no algo innato, que nace con la persona?
Cualquiera de estos programas está meditado hasta el más mínimo detalle,
nada se deja al azar.

Comentarios

  1. Pues no sé de que te sorprendes. Yo hace años que no veo la tele. solo algún telediario el tiempo que dura la cena, en telemadrid y ya ni eso. Prefiero apagar y hablar.

    En cuanto a este tipo de programas, fijate en los caretos, en las miradas. Esós jóvenes llevan mucho tiempo sin hacer una a derechas. Sinceramente no gasto ni un minuto mas de mi vida en ver la televisión. Es algo que tengo decidido y asumido desde hace mucho tiempo. Con la de libros que hay que leer!.

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  2. Esto ya no debería de soprendernos.
    Aquí en México hay un programa que se llama La Academia, basado en aquel reality que se vió en España llamado Operación Triunfo.
    Éste programa es uno de los más vistos en México, sin embargo cada generación es peor, se dedican sólo a armar chismes (me refiero a la producción, no a los alumnos), empatar parejitas, provocar a aquellos que ya tienen pareja esperandolos afuera. No se han tocado el corazón ni siquiera con los alumonos que resultan casados.
    Y por si fuera poco le sacan y le sacan dinero a la gente para las votaciones; ¿y todo para qué? Para que al final (no me cabe la menor duda) hagan trampa y dejen en la competencia a aquellos que levanten más ámpula, que hagan más ridiculos, que tengan más secretos en su vida, y todo esto, aunque no tengan el menor talento. Hemos visto salir expulsados a chicos y chicas con tremendas voces y también hemos visto ganar segundos o terceros lugares a tipos sin el menor talento. Afortunadamente con los primeros lugares no ha habido mucho problema.
    Es una desgracia, pero eso es la calidad de lo que transmiten las televisoras abiertas. Y lo peor de todo: antes teníamos la esperanza de la televisión privada, pero ahora, está igual o peor.

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