En medio de las llamas

Ayer fue un día fantástico. Desde el principio al fin. Pocos días recuerdo yo que hayan sido tan intensos. Para bien. Y todo, porque fue un día pleno de alabanza. Pleno de relaciones humanas en las que, de una u otra forma, aparecías Tú. Lo primero, una entrevista de trabajo, de la que salí bastante contenta. Y en la que pude hablar de Ti, sin ese pudor que siento algunas veces al mostrar mi intimidad. Después, (obviando la comida..., etc), por la tarde, conocí a una familia que sufre, como tantas por otra parte. Pero ésta es de las que es tan evidente su dolor, que no es posible disimularlo... el padre, con un cáncer, el hijo con una esclerosis múltiple (más problemas mentales), la madre, con los dolores propios de la edad... y padre y madre, con una fuerza interior considerable. Ellos nos abrieron su casa y su corazón. El chico, un joven un tanto desaliñado por aquello de la depresión, me decía que ya no puede leer, que no se concentra, que no tiene ánimos para nada, ni para nadie......