Tus amores
Cómo te contemplaba en el santuario,
viendo tu grandeza y tu fuerza.
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti,
y velando medito en ti
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo.
Mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Esta oración la sé de memoria. La rezo muchas veces,
porque muchas veces me encuentro así, agostada y sin agua.
Me pasa sobre todo cuando corto los lazos Contigo.
Cuando me puede el hombre viejo (ahora se diría "la mujer" vieja),
esa que tira de mí, para que todo siga igual,
un día y otro día.
Esa que me ata a la tierra, y me hace ver lo egoísta que soy,
lo iracunda, lo despreciativa, lo imperfecta...
Ahora es uno de esos momentos en que sé que tengo que ir a reconciliarme
contigo,+
lo sé.
Sé que estoy hasta las cejas de soledad,
de buscarme a mí misma.
De encerrarme en mi caparazón.
Incapaz de amar.
Incapaz de darme a mis hijos, y menos, a mi marido.
Juzgadora.
Pero te quiero, Señor...
no me dejes nunca.
No permitas que me aparte de ti.
Oh, Señor, tú eres mi Dios,
por ti madrugo.
Ten misericordia de mí,
que soy una pecadora.
Devuélveme el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista.
Borra en mí toda culpa.
Crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación...
Señor, tú sabes como soy...
pero tú sabes que te quiero.
Que yo sin ti, no soy nada.
La nada, más el pecado, que diría no sé qué santo.
Devuélveme la frescura primera. Esa que echo tanto de menos...
aquel tiempo de intimidad
donde me mostraste tus amores.
Señor, dame de beber de ese agua...
que yo pueda exultar de gozo en tu presencia.
Que pueda romper las cadenas
que impiden que salga tu creatura.
Señor, que me conmueva,
quítame este corazón de piedra,
y dame un corazón de carne
. Y después pide lo que quieras...
. Y después pide lo que quieras...
Y dame la gracia para poder hacerlo.
Habla, Señor, que tu sierva escucha...
Señor mío, y Dios mío.
Querida Victoria, que oración más linda me suena como a un salmo, pero tú la rezas precioso.Lo primero que pensé que hace Victoria esta Hora??? estoy consciente que si aquí son las 11:00 allá son cuatro horas más tarde.
ResponderEliminarAmiga lo que te pasa es lo que nos pasa a todos y como no vas a estar cansada que tienes que repartirte entre tanto, pero Dios te dará fuerzas porque eres una mujer buena y generosa, date a El como una niña y El te cuidará. Qué estés bien , que amanezcas bien y besoso para tus amores. Gloria
Y solo con pedirlo, con reconocerlo, El da todo. Eso es Amor.
ResponderEliminarUn beso
María Jesús
Quita este corazón de piedra y dame un corazón de carne, y después pídeme lo que quieras. Qué bonito todo, pero como no tengo tanta memoria me quedo con esto último. Gracias.
ResponderEliminarVictoria que tengas un lindo día con tus hijos y esposo!! xxGloria
ResponderEliminarQué bello Victoria, el Salmo del día de los Enamorados. Yo esta mañana me quedé muda ante el Amor con que nos recibe.
ResponderEliminarBesos, bonita, enamorada de Cristo¡¡
Oremus ad invicem¡¡¡
Rezar con los salmos es rezar a Dios con sus propias palabras…
ResponderEliminarPrecioso comentario. El Señor te bendiga
ResponderEliminar