Anécdotas de los peques, y de los menos peques



Estas son algunas cosillas, que recogí hace unos años, en un cuento. Para que sonriáis un rato. ¡Ah! Esta foto de Miguel, es posterior en el tiempo.

El queso de Miguel


Al día siguiente, a Miguel se le cayó una muela. Andaba con su pañuelito, donde guardaba su muela, de un lado para otro. Esperó pacientemente a la noche, e introdujo su preciado tesoro bajo la almohada.

--No sé si me traerá algo el ratoncito Pérez, le dice a su padre. Ya soy mayor, y la muela está un poco picada, así que a lo mejor no le interesa, y no me trae ninguna chuche. Con este diente no creo que el ratoncito pueda hacer ningún collar.

--Quién sabe, contesta su padre. A lo mejor el ratoncito Pérez es tan bueno, que incluso si no le sirve la muela, te trae algo, por habérsela dejado.

Miguel ha dormido nervioso. A la mañana siguiente encuentra un euro entre las sábanas. Miguel rezuma alegría por todos los poros de su piel. No cabe en sí de gozo.

--¡Mamá! ¡Papá! ¡ Me ha traído un euro!, ¡El ratoncito me ha traído un euro!
Y lo enseña a sus hermanos, emocionado. Tan contento está, que ha escrito en un papel:
“Gracias, muchísimas, muchísimas, muchísimas gracias, ratoncito Pérez”. Y a renglón seguido, ha pegado en un lado del papel, un quesito en porciones de El Caserío.

Después coloca su carta bajo la cama. Para el ratoncito. Al día siguiente, el papel y el queso han desaparecido.


EL NOVIO DE TERESA

Piripi es el mote cariñoso del tío Jorge; tío de los siete hermanos de esta historia. Para abreviar, de Piripi pasó a llamarse Tío Pí , pero para Teresa, la protagonista de este episodio, su nombre es Tio Pisss.

El tío Pisss ha llamado por teléfono desde Sevilla invitando a sus sobrinos a ir a la feria. Teresita, de cuatro años, y su primo Enmanuel se han vestido para la ocasión: Ella con un traje de flamenca celeste, con lunares blancos, y él de
corto, con sombrero de ala ancha y botos incluidos. Van de la mano, y los turistas los paran por la calle para hacerles fotos.

--Si yo së esto, dice la madre de los siete, pongo una gorra en el suelo, y cobro por cada foto. ¡Menudo éxito tienen los niños!
A quien se tercie, Emmanuel le cuenta entre risas, con sus gafitas y su mirada de pillo:

--Teresita y yo somos novios.

Y Teresita añade: “Los primossss se pueden casar. Hay que pedir permiso al jefe blanco de la Iglesia, y si él quiere, puessss se pueden casar”.

De todas formas, recientemente a Teresa le ha salido una rival. Una tal Laura, a quien Emmanuel tira los tejos.

--Ahora mi novia es Laura de mi clase, dice el infiel.

Pero Teresa, con su lengua de trapo, no se amilana:

-- Emmanuel esss novio de las dos. Nos casamossss en corro, y ya está.

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